Los barcos del cielo de Paraguay

Relato del viaje del presidente de la SGI a través de su fotografía

Poesía a través de la luz”

Ensayo publicado en el diario Seikyo, el 9 de julio de 2000, como parte final de una serie.

“Los barcos del cielo de Paraguay”

Holgadamente navegan las nubes.
Navegan como una gran flota
Haciendo ondear por el viento velas blancas,
Majestuosamente en el cielo.
¡Los veleros que navegan en el océano del cielo azul
qué flota digna, llevando el espíritu de libertad!

Como un océano, en la superficie del río Paraguay,
Las nubes de pleno verano flotaban
Reflejando su sombra tiernamente.
Aunque yo diga pleno verano, era febrero.
El Paraguay está ubicado en el hemisferio sur,
Por eso su estación es contraria a la de Japón.
Era el año 1993.
Su latitud es casi igual que la de Okinawa, en Japón.
Por tener un clima tropical, sentí reminiscencias
De estar yo en un país asiático
En el río corrían las naves del agua.
¿Quién flotaba los barcos del cielo?
Había nubes en el fondo de otras nubes,
Había nubes encima,
Había nubes abajo,
Las nubes se encuentran, se mezclan, se rompen y avanzan deslizándose.

Las nubes son los “sentimientos del cielo”.
Color plata, blanco, negro, cobre, púrpura….
Las hay también de color dorado e irisado.
Desde las condiciones climáticas y el cambio de las estaciones,
hasta las figuras de las montañas y las actividades de las personas,
son reflejadas con precisión en las imágenes de las nubes.

Un joven poeta japonés dijo que las nubes son genios.
¡Cierto! Las nubes son libres como el corazón.
No paran, como el corazón.
No están atadas por cadenas, como el corazón.
Están totalmente libres de formalismo.
No se compran con dinero.
Cambian, pero no se destruyen.
Actúan con toda libertad, como el corazón,
El que dice “bueno, voy a hacer” es el corazón,
Y el que piensa “estoy sofocado” es también el corazón.
El que piensa “es imposible” es la tarea del corazón.

Fuera del corazón, no hay ley,
Pobreza ni riqueza, felicidad ni desdicha.
Por eso, para ser feliz, no hay otra manera que cambiar el propio
Sentimiento del corazón.
Y quien puede cambiar el propio sentimiento del corazón, es uno mismo.
¡Miré! Aunque el cielo azul esté tapado por las oscuras nubes, al fondo
Brillan con esplendor las estrellas y el cielo azul en plenitud.
Entonces, ¡arrebaten del corazón las oscuras nubes!

El viento es el que hace correr las nubes.
Y hay una fuerza que mueve al viento.
Finalmente, hay una energía que mueve a todos.
Usted, quien está abatido por los sufrimientos,
tiene esa energía ilimitada en su vida.
Despertar a esa vida grandiosa, se llama felicidad.
Usted, quien está derrotado por los sufrimientos,
El cielo lo mira protegiéndolo desde arriba.
Comprender esa mirada eterna se llama fe.
Por eso ¡levantemos la cabeza en vez de mirar abajo!
La letra NEN de ICHINEN (determinación) simboliza el corazón
en ese instante.
Lo importante es pensar ¿qué haré flotar
en el cielo de mi corazón en este instante?

Si uno mira desde arriba, desde donde están las nubes
¿Cómo se ve la tierra del Paraguay?
Las cataratas del Yguazú, la más grande del mundo…
La Represa de Itaipú, la más grande del mundo.
Los ancianos disfrutan el mate en la calles.
Los muchachos y las señoritas románticamente tocan el arpa.

En una superficie más grande que Japón, viven 5 millones de habitantes.
No tienen montañas, sino cerros.
En el centro del país cruza el Río Paraguay de norte a sur.
Por ser un país sin costas sobre el mar,
El río es una gran arteria para la vida y la industria.
Su capital, Asunción, nació a orillas del río y se desarrolló con él.
El Palacio de Gobierno, ubicado también sobre la costa del río.
Cuando lo visité, en su hermoso jardín se apreciaba
Un reloj de flores, que estaban justo en su máximo esplendor.
El Paraguay, es conocido por no tener impuesto personal.
A su gente le gusta la fiesta, el fútbol y el dulce.
Sentía que, en la hermosa naturaleza, el tiempo pasaba lento
Y la gente vivía tranquila.

El siglo 21 será la época en que la gente se cuestione
“cuál es la felicidad verdadera para la humanidad”.
Aunque algunos con soberbia piensen: “somos un país desarrollado”
Esa cualidad no tiene en realidad nada que ver con la felicidad.
Aunque estén llenos de altos edificios, estos serán como gigantescos
Cementerios, si la mente de la gente que los habita es vacía.
¡De qué servirá vivir en un palacio si se tiene la mente oscura!
Si estando en el campo, una persona pudiera recrear en su mente
La magnificencia del océano del cielo,
¡que más podría necesitar!

Las nubes son libros que tienen alas.
Cualquier tipo de cuento yace en ellos.
Hay nubes que son como grandes campeones.
Hay nubes como caballeros.
Melena de un león. La fortaleza que se yergue.
El Arco del Triunfo.
Hay nubes como princesas inocentes.
Nubes como madres, nubes como hijos. Las familias de nubes se arriman
Unas con otras para no perderse en el cielo infinito.
¡Oh, nubes que actúan un drama eterno!
Por eso, cuando uno siente que su corazón se marchita,
Sólo puede clamar a las nubes mirando al cielo,
Porque ellas abren la ventana del corazón.
Si tiene la ventana cerrada, el interior del corazón será frío y oscuro
Como una celda, a pesar de la abundante luminosidad del sol en el exterior.
Por eso, ¡Vamos a abrir nuestras ventanas!
¡Abordando a las nubes que nuestros corazones vuelen libremente!

En la otra costa de este río se encuentra la Argentina.
En el Paraguay, que es un país tan tranquilo,
Ocurrió una guerra en el pasado.
Es la guerra contra la triple Alianza, ciento treinta años atrás.
Contra Brasil, Uruguay y Argentina, el Paraguay luchó durante cinco años,
Y el resultado fue la pérdida de más de la mitad de los habitantes,
Siendo la mayoría hombres adultos.
Luego del fallecimiento del entonces presidente,
Finalmente se dio por terminada la guerra.
Quedaron sólo mujeres, niños y ancianos.
La otra costa pertenece a la Argentina.
Su pérdida fue muy grande.
Antes de la guerra, el Paraguay era el país más grande y potente en
América del Sur.
Pero el potencial del país quedó acabado,
Y la vida del pueblo y su cultura, declinó.
La proporción entre hombres y mujeres,
Como también el número de habitantes, no se recuperó
Durante más de medio siglo.
¡Que tragedia!
Por eso el pueblo paraguayo ama la paz.

Las nubes son los viajeros del cielo.
Viajan, regalando lluvia a las flores secas;
Jugando con la luna
Y poniendo llamas de arrebol en su espalda.
Con la sonrisa como estruendo, viajan.
Envían silenciosamente la sombra tierna
Al jardín donde juegan los niños.
El viaje de las nubes no tiene fronteras.
El mundo del corazón tampoco tiene fronteras.
Por eso deseo conectar a las personas
En el mundo del gran corazón como el cielo.
Desearía extender la frota blanca de la paz
Hasta el fin del cielo azul de este planeta tierra.
Para eso recorro el mundo y he llegado hasta aquí.
Y sigo recorriendo.
¡A dondequiera!
¡Para siempre!
Uniéndose mi limitada vida, a la vida ilimitada del cielo.

Daisaku Ikeda